sábado, 22 de septiembre de 2012

Capitulo 4


Estuvimos toda la mañana escribiendo y parte de la tarde. Era bastante complicado escribir, pero hacerlo juntos estaba bueno.
Ella me dio su bolso que había traído y me pidió permiso para bañarse, obviamente la deje, mientras yo aproveche y empecé a hacer la comida, no tenia mucho tiempo para cocinar, así que hice pastas.
Ella salio del baño ya cambiada y con una toalla secando su pelo, la mesa ya estaba puesta con la comida así que volvió al baño a dejar la toalla y se sentó en la mesa.

-Al final no fue tan malo que me echen -dice riendo- acá estoy mucho mejor que en mi casa.
-Podes quedarte si queres.
-No, gracias pero solo unos días hasta que me dejen volver a mi casa -empezó a comer- no te tenia cocinero.
-Bueno, digamos que unos fideos los hace hasta un chico de diez años, no me mate cocinando.
-Algo es algo. Si queres te puedo enseñar a cocinar.
-Otro día, hoy me muero de sueño.
-A que hora te levantaste?
-Y tipo 8. Siempre me levanto a esa hora. Si te digo porque seguramente te vas de acá.
-Por que? ¿Que traes chicas a esa hora?
-Paula, no.
-Decime, dale no me voy.
-A las ocho vos pasas con tu bicicleta para ir a tu trabajo y bueno, me despierto a esa hora para verte.
-Me estas jodiendo. ¿De verdad?
-Si. ¿Ves? Ahora te vas a sentir como muy perseguida por mi y te vas a ir.
-No me voy a ir por eso, no puedo creer que te levantes tan temprano solo para verme pasar.
-Esa es la única forma de tener un buen día, solo con verte a la mañana me alcanza, aunque a veces me gustaría que estés todo el día acá.
-Bueno, ahora es maso menos lo mismo.

Terminamos de comer y dejamos los platos en la pileta, ella quiso lavarlos pero no la deje. Le dije que se acueste en mi cama y yo dormía en el sillón pero me obligo a dormir en mi cama con ella.
Fui a la habitación y ella estaba mirando la tele, acostada. Me acosté a su lado y me tape con las sabanas ya que hacia un poquito de frío.

-Te vas a dormir?
-Em.. creo que si -dije y bostece- ¿por?
-¿Te puedo pedir un favor? Si no queres no lo hagas.
-Dale, el que quieras.
-¿Me podes abrazar? -dice en voz baja.
-Obvio, como no voy a querer -dije y la abrace.
-Buenas noches -puso su cabeza en mi pecho.
-Buenas noches Pau -dije acariciando su brazo.

Así me quede dormido. Todo había sido muy raro pero lindo, jamas pensé estar en esta situación con Pau, aunque lo soñé varias veces.

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