Nuevamente me desperté temprano y esta vez mas de lo normal, eran
las 7 de la mañana. Mire a mi lado y estaba Pau, que perfecta es
esta mujer, dios. Me levante y me cambie para luego ir a la cocina,
prepare el desayuno y fui a la habitación de nuevo pero Paula ya
estaba sentada, vestida para ir a trabajar.
-¿Madrugaste?
-Si -me senté en la cama y apoye el desayuno en la cama.
-Buen día, no?
-Buen día hermosa -la bese.
-¿Esto es para mi? -dice mirando el desayuno.
-Si, para los dos. ¿Te gusta?
-Me encanta. Gracias. ¿Para esto te levantaste temprano?
-Si y para darte unos besos antes de que te vayas a trabajar -me
acerque a ella.
-Mm.. pero no era necesario -se acerco a mi- digo, con los que me
diste ayer. Aunque me encanta esa idea -me beso- tengo un hambre
¿puedo comer?
-Si obvio, para eso lo hice.
Ambos desayunamos. Terminamos a las ocho en punto así que acompañe
a Pau hasta la puerta y después se fue. Quería aprovechar este
tiempo para escribir pero después se me ocurrió una mejor idea,
agarre mi celular y marque el numero de mi papá, hace vario tiempo
que no hablo con él.
-Papá ¿todo bien por allá?
-Pedro, que sorpresa. Si, muy bien ¿por allá?
-Bien, por suerte. ¿Tu hermana?
-No tuve la oportunidad de hablar con Lu.. ¿hace mucho que no hablas
con ella?
-Hace unos días nada mas. En dos semanas vuelvo.
-Que buena noticia. No me gusta que te vayas tan lejos.
-Es por trabajo. Vos tenes 25 años Pedro, no tendría que
importarte.
-Después de lo de mamá me di cuenta de que estaba haciendo las
cosas mal, ahora quiero estar para cuando me necesites y decirte lo
que te quiero, sin vergüenza.
-Perdón, tengo que dejarte, estoy en horario laboral, cualquier cosa
llamame mas tarde.
-Bueno, me fijo si puedo, suerte, te quiero.
Corte y me quede haciendo nada. El día no estaba muy lindo para
salir a caminar o algo por el estilo. Al abrir la heladera me di
cuenta que no tenia leche y un par de cosas mas que eran bastante
necesarias. Pero la leche es lo mas importante, sino no voy a poder
tomar el café de siempre, con un poquito de leche.
Busque las llaves de mi auto para ir al supermercado. Era algo que no
hacia muy seguido, todo sea por el café, parezco loco pero es mi
adicción, todos los días tengo que tomar al menos uno solo.
En el supermercado me encontré con mi hermana, hace mucho no nos
veíamos. Aprovechamos ese tiempo para hablar, ambos compramos lo que
necesitábamos y después me ofrecí para llevarla a su casa.